Mujeres y brujas
Siempre el artista se ocupó de la mujer. Lorenzo Goñi evoca su misterio a través de la serenidad de su envoltura. La mujer, dice el artista, es naturaleza inconsciente y primordial, tierra feraz. Oro alquímico, subterráneo manantial que embebe las raíces...
Como botín de guerra, esclaviza a su opresor, pues conserva el desparpajo con que nos expulsó del Paraíso...
Nada se hizo jamás sin la mujer. Es la dueña de la maravilla y el desastre. Cruel, atrae a los hombres al abismo.
Desnudos, 1960
Fue la mujer quien domesticó a los animales. Ella los conoce por su nombre. ¡Sublime interrogante de la mujer y los caballos!
Goñi resalta la tensión con impecables blancos, símbolo de la pureza aterradora de la Diosa Blanca que veneró el Mediterráneo.
Imposible ir más allá, tanto en el tema como en su ejecución soberbia. ¡Espléndido apunte de manos del artista!
Mujer con caballos, 1963
¿Qué busca en los muelles el rufián? Los sueños que le sostuvieron en el mar se trasmutan en una hetaira frágil cuya "pelvis mecánica" -la expresión es de Goñi- gira sus dentadas ruedas al sonido de monedas.
¡Más esperanzador el comienzo que el final del viaje!
Nunca se recala en un buen puerto. ¿Será que se equivocó el rumbo en el océano? Pero pronto volveremos a embarcarnos...
El deseo es un lobo solitario.
Puerto, 1974
Símbolo de la carnal coyunda...
El hombre es animal que rapta a la doncella, cuyo temblor no le impide aferrarse a su pelaje.
¡Europa arrebatada de la costa por el toro Zeus!
Una luna redonda preside los esponsales.
Bruja y macho cabrío, 1980
El cabrón, saciado y satisfecho. Buen pagador, señorea el lupanar, que se diría su casa. Todas le sirven.
Afuera anochece y el orvallo empapa los adoquines.
¡No hay prisa!
El cliente, 1985
¿Qué busca en los muelles el rufián? Los sueños que le sostuvieron en el mar se trasmutan en una hetaira frágil cuya "pelvis mecánica" -la expresión es de Goñi- gira sus dentadas ruedas al sonido de monedas.
Siesta, 1980
No son tantos los que han sorprendido a la mujer volando al aquelarre. Francisco de Goya tuvo el privilegio. También, Lorenzo Goñi.
Sin título, sin fecha
¡Legendarias amazonas, el hombre las persigue porque las teme...!
El propio Aquiles sucumbió de amor ante Pentesilea, reina de las amazonas que se refugió en Troya, y cometió con su cadáver necrofilia. Mientras vivió, no se atreviera...
¡Las arpías esperan a sus presas ancladas en la roca!
Amazonas o arpías, 1972
Sin título, aguafuerte
13x8
1980
Sólo los hombres envejecen...
Sin titulo, 1980