Gatos y tejados
Los ojos son las ventanas del alma. Las ventanas son los ojos de las casas que muestran al anochecer su turbia intimidad.
¡Gatos poseedores de múltiples arcanos!
Ante su presencia, la mujer baja la guardia, sabedora del secreto parentesco que conocieron los egipcios.
Lorenzo Goñi rescata en los tejados la sabiduría que acaso, sin los trazos que salieron de su mano, se perdiera.
Anochecer, 1985
Poética de mujer guardada por los gatos. ¿Por qué se pintan las mujeres?
El felino doméstico lo sabe. Experto en lunas y afeites, nocturno de danzas orientales, asienta su autoridad en los tejados.
¡El satélite menguante sangra su hermosura sobre la fémina!
Moribundas colinas, campos yermos. Muchedumbre convertida, como la mujer de Lot, en piedra...
¡Se atrevieron a mirar!
Arbol de gatos
¡Impúdicas mujeres, sirenas inconscientes arrojadas del mar y su ribera!
Sedujeron a marinos y estrellaron su navío contra las rocas.
Lo han olvidado -bebieron de las aguas del río del olvido- y purgan su pecado en el estío madrileño.
¡Madrid es un destierro de sirenas!
Noche de Agosto en Madrid, 1985
Los gatos de Madrid se saben en la capital de España.
Gatos de la Puerta del Sol, 1975
Otro invento de Goñi -aparte de los gatos- es la ciudad de Cuenca.
El artista la convirtió en paradigma de lo provinciano y español.
Pero Goñi no lo contó todo de Cuenca...
Aunque se divirtió dejando pistas, como esas piernas matronas por donde no se percata de introducirse el cura, leyendo su breviario...
Piernas de Cuenca, 1959
Tiempo mágico (Premio Penagos 1988)
Tinta china, acuarela, lápices color, 73x54, ca. 1988
Picado de tejados imposibles, en cuyos desvanes, invariablemente, se desnuda una modista...
Todas sueñan un sueño sin hombres.
Luna eterna, juguetona, danzarina sobre el azul de los tejados...
Premio Penagos de Dibujo, 1988
¿Por qué la luna llena...?
¿Quién mira y quién ve lo que miramos? ¿Quién marcó de soledad este paisaje? ¿Quién decidió abrir esa ventana?
Lorenzo Goñi se quedó con las respuestas...
Plenilunio, 1975
El artista poetiza la ciudad mientras el sol se retira para dormir entre peleas de nocturnos gavilanes. Se visten de amarillo las ventanas: Cuenca despierta en el pincel de Goñi.
¡Implícitas promesas repetidas cada noche!
La imposible esperanza nunca muere. Al instante, maullarán los gatos...
Casas de Cuenca, 1985
Gatos nocturnos, 1985
Gatos vigilantes ó los gatos de la puerta del Sol, 1975