Presentación
Numerosos e importantes -queda pendiente su colosal inventario- son los libros ilustrados por LORENZO GOÑI, que ha marcado cada obra de la que se ha ocupado con el hierro al rojo de su genio.
Desde La Celestina y El Quijote, pasando por Quevedo, hasta novelistas contemporáneos, tanto nacionales y extranjeros, como Tolstoi, Cela, Stefan Zweig..., se han beneficiado de su inconfundible trazado una larga lista de títulos que han encontrado nuevo eco y un más profundo entendimiento de su significado.
"El Quijote"
"El Quijote"
LORENZO GOÑI ha sido particularmente afortunado en esta faceta. Ha complementado los textos, los ha enriquecido y, a la vez, su propia creación se ha desplegado con profundidad y desparpajo.
Lejos de sentirse encorsetado por semejante "pie forzado", su enorme talento se ha visto abonado por las fértiles ficciones de nuestra Picaresca, de Samaniego, Shakespeare, El diablo Cojuelo... y tantas otras.
Su atrevimiento, su frescura, también su clasicismo, ofrecen aquí impagables muestras que constituyen un apartado imprescindible en el global de su ejecutoria.
"Marido que busca acomodo y hace relación de sus propiedades"
Poema satírico de Quevedo
Hay artistas que, con todo el mérito y oficio que se les pueda reconocer, se subordinan a la novela o el texto que evocan en imágenes. LORENZO GOÑI, no. Respetando escrupulosamente el espíritu de cada autor, entra en simbiosis con él, lo penetra, lo desentraña, lo pone boca arriba y boca abajo y se eleva con naturalidad a su misma altura, dialogando con las criaturas a las que da "genio y figura", cara e imagen, y proporcionando nueva y, en adelante, imprescindible dimensión y encarnadura al "engendro" literario que recrea.
Lo dice Camilo José Cela, amigo entrañable del artista: "LORENZO GOÑI, el Sordico, es quizá el dibujante que más cerca está de mi espíritu y mi intención y eso me tranquiliza".
La misma tranquilidad pueden esgrimir todos aquellos que han "caído" bajo la pluma y la tinta de nuestro artista. Tanto ilustrando novelas, como relatos, así como artículos de prensa que posteriormente se reunieron en libros –Julio Camba...–, al contemplar el resultado de su trabajo, se llega a la conclusión de que GOÑI ha "iluminado", en el doble sentido del vocablo, una veta invisible de la obra literaria, dando gráfica expresión de manera inédita y original a situaciones y personajes. Su trabajo es definitivo y cabal, también inconfundible. Sin mirar la firma (esto reza para el total de su obra), se dilucida sin titubeos su autoría.
"La Celestina"
LORENZO GOÑI es un artista literario. Su inspiración y sus fuentes, más que pictóricas o plásticas, provienen de la letra impresa, sumándose a sus propios y expresivísimos demonios interiores. Su confluencia con libros señeros se percibe como fatal e inevitable. Tiene GOÑI el sello de lo que no ha podido ser de otra manera.
No conocemos todas las obras -incontables, como ya hemos dicho- que están, ya para siempre, unidas a su enorme y singular talento. Pero podemos afirmar que un libro ilustrado por GOÑI es un libro que se lee con particular placer y, diríamos, aprovechamiento. La extensa relación de títulos que han sido objeto de su interés y su atención provoca el deseo de conocerlos y leerlos todos.
"El jardín de Venus" de Samaniego
Podemos preguntarnos, por ejemplo, cómo habrá ilustrado Jane Eyre, de Charlotte Brontë, o Cumbres Borrascosas, de su hermana Emily. Son libros, como otros, que habiéndose ya leído, y sabiendo que LORENZO GOÑI recorrió con su mirada esas mismas páginas, suscitan de nuevo e imperiosamente la atención, llevándonos a husmear por librerías de viejo y bibliotecas.
No conocemos todas las obras -incontables, como ya hemos dicho- que están, ya para siempre, unidas a su enorme y singular talento. Pero podemos afirmar que un libro ilustrado por GOÑI es un libro que se lee con particular placer y, diríamos, aprovechamiento. La extensa relación de títulos que han sido objeto de su interés y su atención provoca el deseo de conocerlos y leerlos todos.
"El diablo cojuelo"
¿Cuándo volverán a publicarse aquellas obras que ilustró LORENZO GOÑI? El tiempo lo dirá. Va más adelantado el registro, más o menos completo, de las obras inmortales que salieron de su pincel o su buril, sin intención de complementar un texto.
Pero no hay mal que cien años dure. Ni siquiera –cruzamos los dedos–, en España, que comparte con este delicioso y universal creador la eñe arrebatada y pecadora, siempre genial, de nuestro idioma.